Dirección: David
Nerlich & Andrew Traucki. Guión:
David Nerlich & Andrew Traucki. Producción:
The Australian Film Commission. Música:
Rafael may. Intérpretes: Maeve
Dermody, Diana Glenn, Ben Osenbould, Fiona Press, Andy Rodoreda. Duración:
84 minutos.
De qué va: Grace y su
marido, Adam, junto a la hermana de la primera, Lee, pasan unas vacaciones por
el norte de Australia. Deciden salir a pescar a los pantanos en compañía de
Jim, un guía de la zona. De repente su bote da una fuerte sacudida y vuelca. Jim
desaparece y los tres turistas se ven obligados a encaramarse a un árbol ante
la terrible realidad: han sido atacados por un enorme cocodrilo.
La criatura: Un
cocodrilo de agua salada. Es el mayor reptil viviente y también el más feroz.
Pueden medir de 4 a 7 metros y tiene la mayor potencia de mandíbula del reino
animal (1770 kg/cm2). Extendido por todo el norte de Australia y sudeste
asiático, el cocodrilo de agua salada es sumamente inteligente y rápido tanto
en agua como en tierra, no temiendo incluso enfrentarse al temible tiburón
blanco. Una auténtica máquina de matar, en definitiva.
La película: Inspirada
en hechos reales convenientemente dramatizados para la ocasión, Black Water es, dentro de su modestia,
un notable film que apenas da un momento de respiro al espectador.
Realizada a la limón por dos jóvenes
directores como David Nerlitch y el argentino afincado en Australia, Andrew
Traucki que luego repetiría fórmula con la también estimable El arrecife, el film queda perjudicado por
sus escasos medios de producción no en relación a su factura, que es impecable,
si no en lo relativo a su distribución, ya que quedó injustamente eclipsada por
un título casi calcado como es El
territorio de la bestia (Rogue), realizada con mayores medios pero, a la
postre inferior a la que nos ocupa.
Muy bien interpretada por sus protagonistas,
el film se beneficia de un inteligente tratamiento del suspense, basado más que
en las apariciones del monstruo, en la incertidumbre de dónde se encontrará
este y por donde atacará la próxima vez. El cocodrilo aparece relativamente
poco, solo se le intuye, se oyen chapoteos, se ve arremolinarse el agua. La
eliminación del tradicional punto de vista privilegiado del espectador hace que
nos situemos en la misma situación que los personajes, logrando altas dosis de
tensión durante todo el metraje. Recomendable.
A destacar: El
estilo semi-documental y realista del film todavía nos introduce más en la
trama. De hecho, uno de los ataques del animal fue real, y Traucki escapó de
milagro a la embestida. No así la cámara que llegó a ser mordida por el
cocodrilo. Afortunadamente esta se recuperó y ese metraje pudo ser integrado en
el film.
TRÁILER OFICIAL