Título original: The
Rift. Dirección: Juan Piquer Simón. Guión: Juan Piquer Simón y David
Coleman. Producción: Dister production. Música: Joel Goldsmith. Intérpretes:
Jack Scalia, R. Lee Ermey, Ray Wise, Deborah Adair, Ely Pouget, Tony Isbert. Luís
Lorenzo, Frank Braña, Emilio Linder, John Toles-Bay, Pocholo Martínez-Bordiú,
Edmund Purdom. Duración: 79 minutos.
De qué va: La
desaparición de un submarino atómico en una fosa obliga a la OTAN a organizar
una expedición en su busca. En este segundo submarino, junto a la tripulación,
se encuentro el ingeniero y creador de la nave (Jack Scalia). Cuando llegan al
lugar donde desapareció la nave, comienzan a recibir una extraña señal SOS.
La criatura: Diversas
y muy variadas criaturas que viven en las profundidades abisales por virtud de
no se sabe muy bien qué experimentos genéticos. Sus recreaciones pasan de las
resultonas a las directamente ridículas.
La película: Pensada
inicialmente como una aventura en el espacio, con clara semejanza de Alien, el octavo pasajero, el
regurgitador Juan Piquer Simón traslada la acción muy oportunamente a las
profundidades submarinas, meses después de éxitos como The Abyss o Leviathan,
por más que él se empeñara, de manera poco probable, que no estaba al tanto de
esos títulos.
Co-producida con Estados Unidos, país que
aporta una serie de apañados secundarios de su cinematografía, el principal inconveniente de la
cinta no está en la escasez de medios - no hay más que observar los interiores
del submarino o los trajes de los expedicionarios - o en la apabullante
simpleza de su guión que se hace más evidente cuando Simón busca una
innecesaria coartada científica, no. El
aspecto más negativo es la consabida impericia de su director en todo lo
referente a la puesta en escena, ramplona y de una falta de imaginación
absoluta que hace imposible cualquier atisbo de implicación, por parte del
espectador con lo que está pasando en la pantalla.
Que este film recibiera parabienes - e
incluso un Goya a los efectos especiales - por parte de cierto sector de la
crítica nacional del momento, deja a las claras el pobre estado de nuestra
cinematografía a principios de los 90.
A destacar: El
tercio final del film, con los protagonistas huyendo por las grutas perseguidos
por diversas criaturas, a cada cual más estrafalaria, nos remite al Piquer Simón
más añejo, el de Viaje al Centro de la
Tierra o Misterio en la Isla de los
Monstruos, un Simón que - ¿por qué negarlo? - preferimos al otro que
intentaba imitar la serie b norteamericana, siempre con pobres resultados.
Tráiler norteamericano