Título original: The Old Man and the Sea. Dirección: Jud Taylor. Guión: Roger O. Hirson. Producción: Yorshire Television, Fuisz Productions & Storke Enterprises. Música: Bruce Broughton. Intérpretes: Anthony Quinn, Gary Cole, Patricia Clarkson, Alexis Cruz, Joe Santos, Francesco Quinn, Valentina Quinn, Paul Calderon. Duración: 93 minutos.
De qué va: Un matrimonio norteamericano en crisis se encuentra de viaje por la Cuba pre-revolucionaria pero una avería en el coche les obliga a detenerse en un pueblecito costero. Allí el marido, escritor, se siente fascinado por Santiago, un viejo pescador que lleva casi tres meses sin pescar un sólo pez. Una noche Santiago, que ha salido de madrugada a pescar como de costumbre, no regresa con los demás pescadores.
La criatura: Un enorme pez espada - pueden alcanzar casi los 5 metros de longitud y la media tonelada de peso - que se enfrentará al viejo pescador en un duelo de voluntades. Como actores secundarios aparecerá una manada de hambrientos tiburones dispuestos a poner aún más emoción a la aventura.
La película: Producción televisiva que adapta la novela homónima de Ernest Hemingway dirigida por Jud Taylor, actor secundario - La Gran Evasión - pronto reciclado a director de series de televisión.
El film es todo un tributo a la saga Quinn, encabezada por el patriarca Anthony como Santiago, el anciano pescador, en un papel idóneo para sus características. Su hija Valentina, encarna también a la hija del pescador y el recientemente fallecido Francesco interpreta al propio Santiago de joven. Otros intérpretes destacados son la excelente Patricia Clarkson - Si la cosa funciona, Buenas noches y buena suerte -, Gary Cole - El ala oeste de la Casa Blanca, Mujeres desesperadas - o Alexis Cruz - Stargate, Mentes peligrosas - como Manolo, el joven ayudante del pescador.
La película se deja ver aunque no deja de caer en ciertos defectos de este tipo de producción destinado a la televisión, con cierta pobreza en los efectos especiales consistentes apenas en una sobreimpresión de imágenes, y una dirección funcional y fría que apenas capta el sentido épico del relato original, si exceptuamos la secuencia del ataque de los tiburones, donde Taylor logra un apropiado clima de tensión ayudado por la soberbia labor de Quinn y los compases de la música de Bruce Broughton - El Secreto de la pirámide - con claras reminiscencias a la inevitable banda sonora que Williams creó para Jaws. Así y todo, el director no parece confiar demasiado en la única acción del relato, las peripecias del viejo pescador y su enfrentamiento con el enorme pez, incluyendo en el relato a una pareja en crisis deambulando por el pueblecito y una no demasiado bien explicada fascinación que el marido, escritor, - trasunto del propio Hemingway - siente hacia la historia de Santiago.
A destacar: Por encima de otras consideraciones, la interpretación del gran Anthony Quinn. Desde el primer momento comprendemos la comunión existente entre actor y personaje. Una relación que hubiera merecido un tratamiento cinematográfico de mayor envergadura, en la línea del título de Sturges y Tracy.
Fragmento del Film
que grandes momentos nos ha dado el señor Quinn, esta película no la conocía hasta ahora, así que gracias por la critica.
ResponderEliminarSaludos!
Quinn era un actor de raza. Ya apenas nos quedan actores de esa clase.
ResponderEliminarUn saludo, Punk
Antohony Quinn es uno de mis actores preferidos, sabía transmitir las emociones como nadie a pesar de su aspecto algo abrupto. Una muestra cualquiera de su buen hacer la encontrareis en la inolvidable interpretación de "Los Dientes del Diablo".
ResponderEliminarSaludos
En los dientes del Diablo está sublime. Era un actor capaz de expresar la más delicada ternura o el embrutecimiento más abyecto con un sólo gesto.
ResponderEliminarSaludos, no Ali. Un abrazo! jajaja
Por sólo ver actual a este grande ya vale la pena la peli, aunque no sea tan soberbia como el libro (como sucede casi siempre).
ResponderEliminarIgualico igualico a Steven Seagal...
ResponderEliminarUn abrazo Quime, y saludos tambien, ¡que c***! jajajaja
Exactamente, Obli. Al fin y al cabo, igualar esta novela no es nada fácil.
ResponderEliminarAli: Igualico, igualico, jjajaja