Título original: Tod aus der Tiefe (Death water). Dirección: Hans Horn. Guión: Günter Knarr, Phillipp Weinges. Producción: Crazy Films & Epo-Film. Música: Peter Horn, Andrej Melita. Intérpretes: Lavinia Wilson, Hubertus Grimm, Fahri Ögün Yardim, Katja Weitzenböck, Xavier Hutter, Sieruan Casey, Johanna Dürolf, Wolfgang Raach. Duración: 97 minutos.
De qué va: En una plataforma petrolífera situada en el Mar del Norte se produce un extraño accidente. El incidente coincide con la aparición de un virulento brote de infección de origen desconocido y que afecta a los que se han bañado recientemente en el mar. La doctora Eva Meinert tendrá que enfrentarse a la epidemia mientras intenta superar una fuerte crisis familiar.
La película: Producción alemana dirigida por Hans Horn, que ya tenía cierta experiencia en films marinos al rodar A la deriva, comercializada absurdamente como la segunda parte de Open Water. Con un comienzo que nos introduce hábilmente en la vida de los distintos personajes que van a confluir en la historia, la película sigue una estructura muy similar a la de otros tantos films del género, teniendo en Tiburón su referente inmediato, esto es: amenaza que surge imprevisiblemente, autoridades que se resisten a creer en ella hasta que no hay más remedio que rendirse a las evidencias, protagonistas que se unen y salen en busca de la criatura.
Con claras reminiscencias al título de James Cameron, Abyss, el film está rodado con ritmo y una buena resolución técnica -mención especial merecen las estupendas tomas marinas- aunque hay que achacarle una demasiado evidente servidumbre a los esquemas del cine hollywoodense más comercial que le resta credibilidad a muchas secuencias y le hacen caer en lugares comunes del género que en un principio parecía sortear con habilidad. En este sentido, resulta curioso que los dos carteles con los que se ha promocionado el film, el que nos ocupa y otro en el que aparece la aleta de un tiburón, tienen bien poco que ver con las imágenes que vamos a ver durante su metraje.
Bien interpretada por actores que no nos dicen nada por estos lares, la película supone un inofensivo pero decididamente entretenido título preferible a muchos otros films que nos llegan del mercado americano con más bombo y platillos.
A destacar: Una primera media hora ejemplar, narrada con mucho brío y que nos introduce de manera irresistible en la trama.
Secuencia del film
Un buen ejemplo de eso de que "No hay enemigo pequeño". Me hice con esta película en mi videoclub y me gustó bastante pero coincido en ese excesivo mimetismo del estilo Hollywood.
ResponderEliminarMuy interesante tu post anterior, no hay que olvidar a un buen artesano como Ed L.Cahn. Saludos. Borgo.
Se ve bastante bien filmada, genial el hecho de que el enemigo sea invisible, así se ahorra en presupuesto
ResponderEliminarPues sí. Miquel, antes de tiburón ya habían artesanos que se habían acercado a los horrores marinos de un modo u otro.
ResponderEliminarObli, es una palícula con una factura técnica impecable y aunque el enemigo no se ve demasiado sus efectos sí y son devastadores, como puede observarse en el fragmento.
Saludos!
Felicidades por su nuevo blog. Peliculas con monstruos submarinos, realmente interesante. A enlazarlo ya mismo, y a seguir con su magnifico trabajo compañero.
ResponderEliminarUn saludo.
Un placer leerte por aquí, Gárgola. Me alegro que te parezca interesante minueva aventura. Yo, por mi parte, ya te tenía enlazado, of course ;-)
ResponderEliminarUn abrazo!